De acuerdo a su raíz etimológica, “polígrafo”, se refiere a “poli” varios y “grafo” gráficos o registro, siendo más preciso para nuestro campo de aplicación, el concepto “trazos”, de esta forma, como su nombre lo indica, el poligrafo permite el registro simultaneo de uno o más canales o trazos de información, los cuales en el caso de la detección de engaño, registran datos fisiológicos relacionados
De acuerdo a su raíz etimológica, “polígrafo”, se refiere a “poli” varios y “grafo” gráficos o registro, siendo más preciso para nuestro campo de aplicación, el concepto “trazos”, de esta forma, como su nombre lo indica, el poligrafo permite el registro simultaneo de uno o más canales o trazos de información, los cuales en el caso de la detección de engaño, registran datos fisiológicos relacionados con la actividad del Sistema Nervioso Periférico (SNP), principalmente actividad involuntaria, además de un canal de monitoreo de movimientos voluntarios (el sensor de movimientos), los cuales, en su conjunto, y mediante la aplicación de un procedimiento validado, permiten el registro y posterior valoración de parámetros fisiológicos que permiten dar un diagnostico de veracidad o engaño del sujeto sometido a evaluación.
Es importante aclarar que el polígrafo no mide mentiras, lo cual fue discutido en la Parte 1 “La Validez de la Prueba Poligráfica” y Parte 2 “El Detector de Mentiras No Existe”, del presente blog, del mismo modo, también es importante mencionar que el polígrafo, como instrumento, no cumple una función por sí mismo, si no que se requiere del desarrollo de un procedimiento que ha sido científicamente validado para lograr emitir un diagnóstico u opinión, entorno a la veracidad de testimonio o grado de confiabilidad de una persona. De ésta forma es recomendable hacer alusión al concepto “evaluación poligráfica” o “prueba de polígrafo”, refiriéndonos al procedimiento, más que al término “polígrafo”, que se refiere únicamente al instrumento, equipo o maquina utilizada, un instrumento que según su campo de aplicación, también puede ser utilizado para el registro de la actividad eléctrica cerebral (conocido también como electroencefalograma) o para el estudio de trastornos del sueño (conocido también como polisomnógrafo), por mencionar algunos ejemplos.
La evaluación poligráfica, ofrece un gran potencial para prevenir e identificar riesgos en el caso de evaluaciones de prevención (nuevo ingreso) y monitoreo (permanencia o ascenso), así como la participación directa o indirecta del evaluado ante un incidente o asunto específico para evaluaciones de investigación (por ejemplo: ante un caso de robo, fraude, fuga de información, entre otros). A manera de analogía, así como el denominado “detector de metales”, mismo que se encuentra en aeropuertos, terminales de autobuses, embajadas y otros sitios que exigen ciertos requerimientos de seguridad, está diseñado para detectar la presencia o ausencia de un metal, su objetivo real es identificar si una persona porta o no un arma, dado que implicaría un alto riesgo el que ingrese una persona portando un arma, sin expresa autorización, el llamado “detector de mentiras” no pretende detectar la mentira y ni siquiera el engaño, si no la identificación de conductas de riesgo.
Recientemente se ha popularizado el uso del polígrafo para determinar “si alguien mintió o no en su curriculum”, dada la utilidad que podría implicar dicha información para procesos de selección de talento, sin embargo, no existe evidencia científica que valide dicho uso, el cual además implicaría que el polígrafo es un auténtico detector de engaño, ante una acción que se encuentra fuera de un contexto, lo cual fue discutido en la parte 2 del presente blog subtitulada “El Detector de Mentiras No Existe”. En este sentido tampoco existe evidencia que sustente la validez del polígrafo ante declaraciones escritas, las cuales aunque podrían ser útiles, por ejemplo para un proceso penal, no han sido validadas y se infiere que las preguntas orientadas a la valoración de la veracidad de una declaración escrita, no generan la misma respuesta psicofisiológica que las preguntas orientadas a la conducta de interés, por otra parte si éstas son útiles y estrictamente necesarias en ciertos procesos, si bien no se descalifica su uso, se recomienda señalar al menos que es una prueba poligráfica experimental.
También, como se discutió anteriormente, el polígrafo no será útil para evaluar intenciones o deseos, es decir acciones que no han sucedido, así como para conocer las razones por las que alguien cometió un acto. Dicho lo anterior, entonces ¿para qué sí nos puede ser útil la evaluación poligráfica?, la prueba poligráfica es particularmente eficaz para determinar si alguien ha cometido una conducta de riesgo, alguna acción que haya puesto en peligro a los intereses de un corporativo, o acción que implique que dicha persona no cumple con un perfil de confiabilidad dado, así como cualquier conducta que implique la participación del evaluado en el asunto bajo investigación, como lo es en un caso específico de un robo. De ésta forma, el polígrafo es una herramienta eficiente para identificar si alguien ha cometido o no algún delíto, si se ha visto implicado en actos de corrupción, consumido drogas ilegales o fue partícipe de un robo, conductas que seguramente, brindarán información objetiva y suficiente para una mejor toma de deciciones ya sea en un proceso de selección de talento, promoción de personal o algún asunto bajo investigación.
Cabe mencionar que no se requiere que alguien nunca haya cometido o sido participe en algún incidente o realizado alguna conducta de riesgo para pasar la evaluación poligráfica, lo importante, en dicho caso, será conocer todos los detalles entorno a dichas conductas relevantes y de riesgo, para obtener así un resultado adecuado, siendo así el poligrafo una herramienta eficaz para la obtención de información veraz y útil, lo cual dependerá en gran medida de la disposición del evaluado y la expertise del poligrafista.
Para la obtención de un resultado válido, en una evaluación poligráfica, habrá que seguir un procedimiento validado, es decir, la interpretación que se le da a cierta actividad fisiológica no depende del registro de un parámetro, si no de su adecuada interpretación, la cual guarda relación estrecha con el diseño experimental, es decir, el procedimiento de evaluación, en dónde el resultado de la prueba estará determinado en función de las características de la evaluación, que implican un cierto número de preguntas a utilizar, preguntas con características específicas, así como el ajuste previo de sensibilidad y especificidad con los que se desee realizar la evaluación, entre muchos otros aspectos que conducen a la elección de la técnica adecuada.
Existen diversas técnicas las cuales han sido validas científicamente, mismas que cumplen con estándares validados internacionalmente y requieren para su aplicación de tecnología adecuada y personal altamente calificado. Cabe destacar que el aplicar una evaluación poligráfica, con un instrumento no adecuado o con personal no calificado, no solo implica la obtención de un resultado invalido, si no que dada la relevancia de las decisiones que se toman a partir del resultado obtenido en una evaluación poligráfica, podría tener fuertes implicaciones éticas y legales, no únicamente por la obtención de un resultado erróneo, si no por el hecho de seguir procedimientos infundados los cuales podrían incluso atentar contra las garantías individuales y los derechos humanos.
Dicho lo anterior, el instrumento utilizado durante la evaluación poligráfica, conocido como “polígrafo”, aunque no sea su intención última, permite emitir un resultado categórico ya sea de veracidad o engaño mediante el registro de variables fisiológicas involuntarias, y lo que es más importante, el procedimiento desarrollado “la evaluación poligráfica”, permitirá la obtención de información útil y veráz que facilitará una mejor toma de decisiones. Cabe mencionar, que el lograr un diagnóstico preciso, no depende únicamente de la tecnología empleada, si no depende en mayor grado del procedimiento utilizado durante la evaluación, el cual es desarrollado por un poligrafista experto debidamente calificado, quién deberá contar con una preparación académica sólida y será recomendable amplia experiencia, pues como bien dicen, “no es el arco lo que mata al venado si no el cazador quien tira la flecha”..
Conclusión.
Si bien el polígrafo se encuentra lejos de ser un “detector de mentiras” en su sentido más amplio, es un instrumento que posee un gran potencial, pues mediante el procedimiento adecuado, permita obtener información útil y veráz que facilita una mejor toma de decisión, comúnmente de carácter laboral o penal, ya sea para identificar el nivel de riesgo que implica la contratación de una persona de acuerdo al perfil deseado, monitorear las conductas de riesgo o deslealtad de un empleado en la empresa en que labora o la posible participación de una persona en un incidente, por mencionar algunos ejemplos, en donde la validez del resultado depende, más que de un instrumento y de la detección de una señal, de la ejecución de un procedimiento validado por un profesional calificado. De esta forma, si bien el polígrafo tiene bastos alcances y limitaciones, como los abordados anteriormente, es sin duda una herramienta la cual ha contribuido y seguirá contribuyendo a la resolución de problemas, a la toma de decisiones justas y eficientes, promoviendo ambientes de honestidad libres de corrupción, mejorar la seguridad, disminuir pérdidas económicas y conductas de deshonestidad y lo que es más importante, contribuir al bienestar común de nuestra sociedad.
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LA POLIGRAFIA CONTRIBUYE A LA TOMA DE DECISIONES JUSTAS Y EFICIENTES
LA VERDAD DEL DETECTOR DE MENTIRAS
Parte 3
La Poligrafía Contribuye a la Toma de Decisiones Justas y Eficientes.
M. en C. Ivan Cruz
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De acuerdo a su raíz etimológica, “polígrafo”, se refiere a “poli” varios y “grafo” gráficos o registro, siendo más preciso para nuestro campo de aplicación, el concepto “trazos”, de esta forma, como su nombre lo indica, el poligrafo permite el registro simultaneo de uno o más canales o trazos de información, los cuales en el caso de la detección de engaño, registran datos fisiológicos relacionados
De acuerdo a su raíz etimológica, “polígrafo”, se refiere a “poli” varios y “grafo” gráficos o registro, siendo más preciso para nuestro campo de aplicación, el concepto “trazos”, de esta forma, como su nombre lo indica, el poligrafo permite el registro simultaneo de uno o más canales o trazos de información, los cuales en el caso de la detección de engaño, registran datos fisiológicos relacionados con la actividad del Sistema Nervioso Periférico (SNP), principalmente actividad involuntaria, además de un canal de monitoreo de movimientos voluntarios (el sensor de movimientos), los cuales, en su conjunto, y mediante la aplicación de un procedimiento validado, permiten el registro y posterior valoración de parámetros fisiológicos que permiten dar un diagnostico de veracidad o engaño del sujeto sometido a evaluación.
Es importante aclarar que el polígrafo no mide mentiras, lo cual fue discutido en la Parte 1 “La Validez de la Prueba Poligráfica” y Parte 2 “El Detector de Mentiras No Existe”, del presente blog, del mismo modo, también es importante mencionar que el polígrafo, como instrumento, no cumple una función por sí mismo, si no que se requiere del desarrollo de un procedimiento que ha sido científicamente validado para lograr emitir un diagnóstico u opinión, entorno a la veracidad de testimonio o grado de confiabilidad de una persona. De ésta forma es recomendable hacer alusión al concepto “evaluación poligráfica” o “prueba de polígrafo”, refiriéndonos al procedimiento, más que al término “polígrafo”, que se refiere únicamente al instrumento, equipo o maquina utilizada, un instrumento que según su campo de aplicación, también puede ser utilizado para el registro de la actividad eléctrica cerebral (conocido también como electroencefalograma) o para el estudio de trastornos del sueño (conocido también como polisomnógrafo), por mencionar algunos ejemplos.
La evaluación poligráfica, ofrece un gran potencial para prevenir e identificar riesgos en el caso de evaluaciones de prevención (nuevo ingreso) y monitoreo (permanencia o ascenso), así como la participación directa o indirecta del evaluado ante un incidente o asunto específico para evaluaciones de investigación (por ejemplo: ante un caso de robo, fraude, fuga de información, entre otros). A manera de analogía, así como el denominado “detector de metales”, mismo que se encuentra en aeropuertos, terminales de autobuses, embajadas y otros sitios que exigen ciertos requerimientos de seguridad, está diseñado para detectar la presencia o ausencia de un metal, su objetivo real es identificar si una persona porta o no un arma, dado que implicaría un alto riesgo el que ingrese una persona portando un arma, sin expresa autorización, el llamado “detector de mentiras” no pretende detectar la mentira y ni siquiera el engaño, si no la identificación de conductas de riesgo.
Recientemente se ha popularizado el uso del polígrafo para determinar “si alguien mintió o no en su curriculum”, dada la utilidad que podría implicar dicha información para procesos de selección de talento, sin embargo, no existe evidencia científica que valide dicho uso, el cual además implicaría que el polígrafo es un auténtico detector de engaño, ante una acción que se encuentra fuera de un contexto, lo cual fue discutido en la parte 2 del presente blog subtitulada “El Detector de Mentiras No Existe”. En este sentido tampoco existe evidencia que sustente la validez del polígrafo ante declaraciones escritas, las cuales aunque podrían ser útiles, por ejemplo para un proceso penal, no han sido validadas y se infiere que las preguntas orientadas a la valoración de la veracidad de una declaración escrita, no generan la misma respuesta psicofisiológica que las preguntas orientadas a la conducta de interés, por otra parte si éstas son útiles y estrictamente necesarias en ciertos procesos, si bien no se descalifica su uso, se recomienda señalar al menos que es una prueba poligráfica experimental.
También, como se discutió anteriormente, el polígrafo no será útil para evaluar intenciones o deseos, es decir acciones que no han sucedido, así como para conocer las razones por las que alguien cometió un acto. Dicho lo anterior, entonces ¿para qué sí nos puede ser útil la evaluación poligráfica?, la prueba poligráfica es particularmente eficaz para determinar si alguien ha cometido una conducta de riesgo, alguna acción que haya puesto en peligro a los intereses de un corporativo, o acción que implique que dicha persona no cumple con un perfil de confiabilidad dado, así como cualquier conducta que implique la participación del evaluado en el asunto bajo investigación, como lo es en un caso específico de un robo. De ésta forma, el polígrafo es una herramienta eficiente para identificar si alguien ha cometido o no algún delíto, si se ha visto implicado en actos de corrupción, consumido drogas ilegales o fue partícipe de un robo, conductas que seguramente, brindarán información objetiva y suficiente para una mejor toma de deciciones ya sea en un proceso de selección de talento, promoción de personal o algún asunto bajo investigación.
Cabe mencionar que no se requiere que alguien nunca haya cometido o sido participe en algún incidente o realizado alguna conducta de riesgo para pasar la evaluación poligráfica, lo importante, en dicho caso, será conocer todos los detalles entorno a dichas conductas relevantes y de riesgo, para obtener así un resultado adecuado, siendo así el poligrafo una herramienta eficaz para la obtención de información veraz y útil, lo cual dependerá en gran medida de la disposición del evaluado y la expertise del poligrafista.
Para la obtención de un resultado válido, en una evaluación poligráfica, habrá que seguir un procedimiento validado, es decir, la interpretación que se le da a cierta actividad fisiológica no depende del registro de un parámetro, si no de su adecuada interpretación, la cual guarda relación estrecha con el diseño experimental, es decir, el procedimiento de evaluación, en dónde el resultado de la prueba estará determinado en función de las características de la evaluación, que implican un cierto número de preguntas a utilizar, preguntas con características específicas, así como el ajuste previo de sensibilidad y especificidad con los que se desee realizar la evaluación, entre muchos otros aspectos que conducen a la elección de la técnica adecuada.
Existen diversas técnicas las cuales han sido validas científicamente, mismas que cumplen con estándares validados internacionalmente y requieren para su aplicación de tecnología adecuada y personal altamente calificado. Cabe destacar que el aplicar una evaluación poligráfica, con un instrumento no adecuado o con personal no calificado, no solo implica la obtención de un resultado invalido, si no que dada la relevancia de las decisiones que se toman a partir del resultado obtenido en una evaluación poligráfica, podría tener fuertes implicaciones éticas y legales, no únicamente por la obtención de un resultado erróneo, si no por el hecho de seguir procedimientos infundados los cuales podrían incluso atentar contra las garantías individuales y los derechos humanos.
Dicho lo anterior, el instrumento utilizado durante la evaluación poligráfica, conocido como “polígrafo”, aunque no sea su intención última, permite emitir un resultado categórico ya sea de veracidad o engaño mediante el registro de variables fisiológicas involuntarias, y lo que es más importante, el procedimiento desarrollado “la evaluación poligráfica”, permitirá la obtención de información útil y veráz que facilitará una mejor toma de decisiones. Cabe mencionar, que el lograr un diagnóstico preciso, no depende únicamente de la tecnología empleada, si no depende en mayor grado del procedimiento utilizado durante la evaluación, el cual es desarrollado por un poligrafista experto debidamente calificado, quién deberá contar con una preparación académica sólida y será recomendable amplia experiencia, pues como bien dicen, “no es el arco lo que mata al venado si no el cazador quien tira la flecha”..
Conclusión.
Si bien el polígrafo se encuentra lejos de ser un “detector de mentiras” en su sentido más amplio, es un instrumento que posee un gran potencial, pues mediante el procedimiento adecuado, permita obtener información útil y veráz que facilita una mejor toma de decisión, comúnmente de carácter laboral o penal, ya sea para identificar el nivel de riesgo que implica la contratación de una persona de acuerdo al perfil deseado, monitorear las conductas de riesgo o deslealtad de un empleado en la empresa en que labora o la posible participación de una persona en un incidente, por mencionar algunos ejemplos, en donde la validez del resultado depende, más que de un instrumento y de la detección de una señal, de la ejecución de un procedimiento validado por un profesional calificado. De esta forma, si bien el polígrafo tiene bastos alcances y limitaciones, como los abordados anteriormente, es sin duda una herramienta la cual ha contribuido y seguirá contribuyendo a la resolución de problemas, a la toma de decisiones justas y eficientes, promoviendo ambientes de honestidad libres de corrupción, mejorar la seguridad, disminuir pérdidas económicas y conductas de deshonestidad y lo que es más importante, contribuir al bienestar común de nuestra sociedad.
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